domingo, 10 de marzo de 2013

el eterno retorno de lo mismo

"-¡Qué niebla!...

-¿Te gusta la niebla?

Aquel 'tu' remoto, antiguo, desde mucho tiempo completamente olvidado, con que las dueñas se dirigían a sus esclavos... Sí, también esto había tenido que ser, también esto era bueno.

- Sí, bueno... - dije en voz alta, pero como si fuese monologando. Luego, mirándola, añadí: - Odio la niebla, le temo.

- Por eso la amas. Le temes porque es más fuerte que tú, la odias porque le temes. La amas porque no puedes dorminarla. Puesto que solamente cabe amar lo indomable. "

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