martes, 30 de agosto de 2011

Si bien las mañanas tienen un carácter de claridad y tranquilidad, mi personalidad no las asimila. Para mi las mañanas son momentos trágicos (cómicos), de oscuridad y absoluta incoherencia. Como era de esperarse, porque son una persona un tanto desequilibrada (y para decirlo de una manera menos poética: vivo en una nube de pedo eterna), y por ser una especie de lunes académico me levanté tarde.
Me desperté desorientada y con un colapso pseudo nervioso. Me vestí con lo primero que encontré y acalorada frente al frío de la madrugada paré un taxi. Subí casi sin aliento y fue ahí donde cometí un grave error. Frente a la desesperación, le pedí al taxista que por favor 'vaya rápido'. Nunca pensé que la ambigüedad de las palabras iba a ser tan literal. Por 'vaya rápido' yo quise decir 'directo'. Por 'vaya rápido' el señor taxista entendió ir por la 9 de Julio a mil por hora cual rápido y furioso. No solo eso, sino que pasó dos semáforos en rojo y un colectivo (de especie 'Plaza', ignoro cual fue) casi se nos tira encima.
De todas formas, como expliqué más arriba, mi estado de inconsciencia por las mañanas sumado a la obsesión por llegar temprano hizo que no sólo llegara a horario, sino que también no mediese el peligro hasta llegar a Barracas.
En conclusión, resumen o lo que sea. Soy un desastre.

domingo, 28 de agosto de 2011

Elegir y hacer algo que nos gusta es un ritual. Una preparación es un ritual. Alcanzar el éxtasis es un ritual.
No necesariamente el ritual esta enteramente ligado con la religión. Un ritual es aquello que sale de lo normal. Es la búsqueda de un placer que nos satisfaga tal vez. La sensación de absoluta plenitud.
¿Ustedes qué rituales realizan?
Mis rituales son pocos, pero son suficientes como para salir de la rutina que nos aprisiona y que nos vuelve monótonos; e incluso inservibles. Qué sería de nosotros sin esos rituales, sin esa escapatoria por la puerta de atrás.
De todas formas, los rituales no son preparaciones o acciones meramente satisfactorias. Algunas nos sacan de nuestros casilleros hacia un rumbo un poco desagradable. Estudiar es un ritual. A mi particularmente no me desagrada, pero me desgasta. ¿A quién no?



miércoles, 17 de agosto de 2011

¿amor al saber?

Platón nos dijo que del conocimiento no se vuelve y le damos la razón absoluta. De todas formas, que lindo ser ignorante. Que lindo no saber nada. Sin embargo, que feo no saber nada. Es decir, mis complejos siempre fueron varios, con los años algunos superados. A pesar de ello, este es uno de los cuales no puedo librarme. Una barrera inhibitoria cual muro de Berlín. Esa necesidad absurda de saber todo, ese complejo de inferioridad intelectual jamás superado. Ese prejuicio frente a la carrera que elegí, que me hace sentir más pequeña que una hormiga. A esa ecuación de resultado negativo, sumale mi ansiedad incontenible.
Para citar a otro autor importante, cuya frase me fascina, 'Dios ha Muerto'. Y como ha muerto hace varios años ya, somos nosotros quienes nos hacemos cargo de nuestros pensamientos y estúpidas e infinitas reflexiones. Esa necesidad conchuda de preguntarse todo, dudar todo, no saber nada y saber todo. Eso nos pasa por creernos Dios. Yo no me creo Dios, pero me encantaría serlo.

lunes, 15 de agosto de 2011

‘’Yo estoy tan feliz que no puedo parar de comer’’ dijo mientras se llevaba a la boca un pedazo de la pesca del día. Deciselo a tu cara, murmuré para mis adentros, ocultándole la mirada. Realmente, nunca comprendí los parecidos entre personas hasta ese día. La miré fijo, como suelo mirar a la gente cuando la analizo. No sé si lo notó, si quiso notarlo, o si lo evitó. Había dejado de escucharla hacía bastante, su voz se apagó de repente, no sé cómo lo hice. El movimiento de su boca, las arrugas en los ojos. Un dejo de tristeza. Nostalgia en realidad. ‘’Yo me negué, me negué y tendría que haber estudiado abogacía’’ fue lo que irrumpió el silencio. Sentí un deja vu, como si alguien más estuviese en vez de mi tía. Busqué en mi débil memoria, algún rastro de similitud sin resultados. Cuando por fin reaccioné, ya se había ido. Un saludo, un acercamiento, el olor a cigarrillo impregnado me hizo despertar. La misma historia, los mismos errores. Siempre creí que había olvidado a Albina, hasta ayer.