viernes, 1 de julio de 2011

Y sin embargo yo quiero a este pueblo.

Me causan gracia los porteños. Paso a contar. En la esquina de mi casa, como en la mayoría de las esquinas de la ciudad, un cartel de nuestro querido amigo del Pro asomaba. El cartel lo pusieron no sé, cuando empezó su campaña, uno o dos meses. La primera semana el cartel estaba intacto. A la segunda, el señor Macri ya tenía dibujado un pequeño bigote al clásico estilo nazi. Unas semanas después de haberme reído, ya le habían dibujado colmillos.
Hace unos días, mis queridos vecinos, sin ningún filtro, le escribieron FACHO en mayúsculas.

Cómo me hacen reir.

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