lunes, 12 de septiembre de 2011

fragmento especial I

La música me transportó a un lugar antagónico. Cerré los ojos porque así se sentía mejor. El mejor lugar de jazz del mundo susurraban las voces en eco. El vino aguado ya junto al limón dejó de tener sabor hace rato. Pero, que importa.

Los aplausos dieron paso a la luz; y con ella el final. Dejé propina como para dos, agarré mi tapado y me fui. Llovía como película de Hollywood y el frío me obligó a fumar. Mientras caminaba bajo la lluvia me acordé, le dije a la vieja: ‘’Nunca voy a ir a ver jazz sola’’. Y acá me ven. Caminando despacio y rápido a la vez. Le dije a la vieja: ‘’No voy a fumar otra vez’’. Es más estimulante respirar el humo impredecible, que esperar a que me vaya desmoronando sola. También le dije: ‘’No voy a comer más’’. Que mejor que comer el último pedazo, sabiendo que todos lo querían, aunque realmente vos no. La música de fondo son mis pasos. ‘’Voy a ir a la iglesia’’ dije también. ‘’Ahora hago la cama’’. ‘’Estoy estudiando’’. Y cuando llego a la puerta pienso. Por favor, que fácil es mentir.

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