miércoles, 20 de abril de 2011

Día gris, pensamiento gris.

Los miércoles son días difíciles. Sobretodo porque voy a Montes a las 9 de la mañana. Y las 9 de la mañana es una hora jodida. Jodida enserio. El colectivo va a paso de hombre, lleno, insoportable. Y como para sumar más mierda al tarro, hoy llovía. Pero no esa lluvia de descarga donde parece que el cielo se va a caer bajo tuyo. No. Esa lluvia jodida, como los miércoles, finita, molesta, que estorba, que te mantiene húmedo e incómodo prácticamente el día entero. Esa. El cielo, gris y sobrecargado. Sin embargo, estático.
De pronto, frente a este clima que me daba más sueño que vida, llegamos a Constitución. Invadido de personas, gente corriendo, bicicletas; bueno lo que siempre vemos en la estación. Dando la vuelta, miro hacia lo que es la parte de atrás de la estación. Por un momento, mínimo, un segundo quizás, me sentí en la Inglaterra de 1800 con su famoso smog y en su auge de la revolución industrial. Algo estúpido tal vez, pero realmente lo sentí así. No sé que tipo de influencia tiene esa estación, me gustaría saberlo. Me gustaría estudiar también esas cosas. Como alguien que tiene un padre arquitecto, últimamente (ehm digamos los últimos 5 años), presto más atención a ciertos edificios, aunque puedo definirlos, no puedo clasificarlos. Es una lástima que no haya una carrera donde te enseñen todo lo que querrías saber. Todas esas cuestiones que se te plantean en pequeños momentillos de la vida. Es decir, elegir algo es también buscar una curiosidad latente, supongo yo. Buscar una respuesta a eso que no conoces.
Pero bueno, no me da la cabeza para aprender todo, así que le voy a preguntar al riqui.

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