domingo, 6 de junio de 2010

Capítulo III

Esto de tener blog de nuevo se está poniendo difícil. Tener temas para escribir también. En fin. Voy a contar algo de mi fin de semana, estoy un poco indignada. Claramente no fue el fin de semana ideal. Empecemos por un partido en Ferro el viernes, ¡porque me encanta ir a ferro! Que me abran la mochila en el 132. No me robaron nada, pero estuve todo el viaje pensando que el tipo que me había metido la mano en la mochila era un pelotudo porque lo único que se podría haber robado era una calculadora científica, y a lo sumo, mi billetera que tenía 2 pesos, más tarjetas de la nación que sin mi documento no puede usar, y que no le daría ningún beneficio fuera de lo común; porque a mi no me los da tampoco.
El regreso desde la concha de la lora hasta casa fue medio goma, pero llegué por fin, cansada. Fui a comer a lo de unos amigos de mi viejo, no me disgustó ni nada, pero estaba cansada.
El colmo fue ayer. Recorrer medio San Telmo, cagarme de frío, para terminar entrando a un bar en una esquina, que encima me pidieron documento, truchísimo. No solo eso, lo que fue el colmo del colmo es que estaba LLENO DE CHINOS. LITERAL. Entramos y de pronto, ¡PAF! Chinos por aquí y por allá, chinos vomitados, chinos bailando, CHINOS CANTANDO REGETON, WTF!? No sé como pasó, pero a penas entré me quice ir. Fue la gota que rebalsó el vaso. Volví a casa, sin sueño y mal humor. Y bueno, no todas las noches iban a salir bien.
Lo bueno de ayer, tengo muchas fotos con Yami (?).

Voy a estudiar Platón, pero antes, me merezco una siestita sagrada :)

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